Contra viento y marea... y serpientes
A lo largo del camino que llevó al apóstol Pablo hasta Roma, según lo narra el libro de los Hechos, se desencadenó una serie de eventos cargados de tensión y dramatismo. Mientras era trasladado bajo custodia junto con otros prisioneros, Pablo advirtió a la tripulación que no era prudente zarpar en plena temporada de tormentas, sin embargo, sus palabras fueron ignoradas y, neciamente, decidieron continuar el viaje. No tardó en levantarse un viento huracanado que azotó con fuerza el barco, dejándolo completamente expuesto a la violencia del mar. Muchos perdieron la esperanza de sobrevivir, pero Pablo, con la firmeza que da la fe, aseguró que Dios les preservaría la vida porque aún tenía que cumplir una misión que le había sido encomendada. Un ángel le dio el mensaje: "no tengas miedo, vas a presentarte ante César". Y aunque el barco terminó encallado y con el casco roto, todos los que iban a bordo llegaron con vida a la costa de la isla de Malta, como testimonio claro de qu...