No lloremos a la primera


No estoy en contra de los mensajes cristianos positivos. De lo que estoy en contra es de los parámetros usados por muchos cristianos para determinar que un mensaje no es positivo sino "negativo". Creo que la medida debería ser el amor y este definido, aunque de manera simplista, como la búsqueda del mayor bien para el objeto del mismo, en este caso, el prójimo.

Bajo esta definición, muchas cosas "negativas" pueden ser dichas en la búsqueda del bienestar del interlocutor, por ejemplo, se puede hablar del pecado y de la disciplina —temas clasificados por los cristianos de piel sensible como "negativos"— buscando la restauración de la comunión de uno de nuestros hermanos con Dios. De ninguna manera será ese mensaje algo negativo, sino todo lo contrario, a pesar de los gritos y protestas de los que buscan solamente la palmada en la espalda como medio de bendición.

Si el Apóstol Pablo se pusiera de pie frente a los cristianos modernos y dijera algo como: "¡Oh mexicanos insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? [...] ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?" (Gal 3:1-3, adaptación mía), muchos de esos cristianos modernos se escandalizarían y criticarían a Pablo por ser tan negativo y agresivo y por hablar tan duro y sin anestesia previa, ¿verdad que sí? Aunque nunca podrían negar el amor tan grande de Pablo para con las iglesias objeto de sus escritos.

¿Y entonces?

A todos los cristianos, hombres y mujeres, nos convendría recordar que, como dice en Hebreos 12:11, "ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (yo considero a ambas, la exhortación y la reprensión, como formas "suaves" de la disciplina), por lo que al recibir un mensaje "negativo" basado en las verdades de la Palabra de Dios, sentir incomodidad y tristeza puede ser algo normal, no así el reaccionar con enojo solamente porque pensemos que hay falta de amor en el mensajero. Dejemos ya a un lado esa forma de pensar tan común en nuestra "modernidad cristiana".

Mira, si yo concluyera diciendole a todos los varones cristianos que nos comportemos como hombres y que no lloremos a la primera cuando se nos exhorte o reprenda con la Palabra, ¿se sentirían ofendidos por mi rudeza? Creo que sí. Por eso mejor concluyo con las palabras de Pablo, escribiéndoles a los Corintios (1 Cor. 16:13, énfasis mío):

"Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos".

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Imagen original de fondo: Museum Wales