Destino final: "Cristianismo" Relativista (parte 2 de 2)

Te recomiendo que leas primero el artículo original de Aldridge y la primera parte de este artículo. Puedes hacerlo dando clic aquí y regresar para leer esta segunda parte.



Continuando con el asunto de Aldridge y su artículo "¡Opiniones!", podría comentar varios temas a partir de su escrito como:
  • Lo triste que resulta para cualquier cristiano, haber crecido siendo instruido en opiniones y no en el estudio de la Biblia y en una actitud "como la de los de Berea";
  • Que dar forma al ADN "religioso", eliminando la ironía de Aldridge, suena más bien a ser obedientes a lo marcado en Deuteronomio 6 y otros pasajes;
  • Que las reglas y límites no son malos, dan orden (tal vez la confusión y el reclamo sea por las adiáfora);
  • Que los movimientos seculares cambian al mundo, sí, pero al cristiano, lo cambia Cristo y su Palabra;
  • Que amar a nuestros hermanos no es opcional y que juzgar adecuadamente es importante y necesario;
  • Y de las tradiciones, bueno, de ello ya hablé un poco en mi primer artículo aunque ese es un tema tan rico en aristas como los anteriores y que tiene mucha tela de donde cortar

Si bien ya comenté respecto de la visión disminuida de Aldridge con relación a la Santa Biblia, necesito abundar un poco en ese punto. Él dice que una gran parte de la Santa Biblia está compuesta solamente del "mejor entendimiento" de Pablo —y los demás escritores— y de la narrativa de los intentos del pueblo de Dios por saber distinguir entre lo bueno y lo malo. En relación con lo que dice respecto de Pablo, hoy sabemos que escribió al menos dos cartas más con las mismas probabilidades de conservación que aquellas enviadas a los Corintios y a los Colosenses: la que algunos llaman "La Carta Severa" y "La Carta a los Laodicences". No tenemos ninguna de las dos en la Santa Biblia por una razón: Dios no lo permitió; si el hubiera deseado que estuvieran, hubieran sido incluidas allí, eso tengámoslo por seguro. Y lo que hoy tenemos (aun pasajes como estos a los que hace referencia Aldridge) en donde Pablo nos dice que no hay mandamiento previamente escrito al respecto, pero que él lo comunica en ese momento, son pasajes inspirados por el Espíritu Santo. Por esta razón, hoy podemos leerlos en las Escrituras. ¿La razón? Dios así lo quiso; solo por eso.

"Necesitamos distinguir entre la Verdad y las opiniones humanas [...] Leamos la Biblia. Jesús nos dice que escuchemos más de lo que hablamos, que perdonemos más de lo que juzgamos, que seamos más agradecidos y critiquemos menos, que seamos entendidos en vez de arrogantes" (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).

Algo curioso es que al final de su artículo, Aldridge nos anima a distinguir entre la verdad y las opiniones humanas pero, ¿cómo hacerlo si no tenemos una fuente confiable que nos muestra la verdad absoluta? ¿Cómo confiar en un libro que —según él— tiene una mezcla de verdades y principios divinos y entendimiento (opiniones) humanas? Y es que Aldridge mismo nos ha "desanimado" a creerle a la Palabra de Dios por razón de contener en una gran parte de ella, de acuerdo con su parecer, ¡opiniones y entendimiento humanos!

No, no y no. Lo vuelvo a decir: la Palabra de Dios es inspirada y preservada por Él, infalible, inerrante, autoritativa y es suficiente; creámosle a Dios y no nos dejemos seducir por este "Cristianismo" Relativista.

"El libro de los Hechos es la historia de cómo la iglesia trataba de aprender a ser la iglesia. La vida cristiana ha sido y sigue siendo un proceso de prueba y error, de dar y recibir, y mucho de lo que se intentó no funcionó, (como el intento de comunismo (Hechos 2)" (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).

Otro asunto que Aldridge menciona, es la supuesta intentona de los cristianos para establecer el "comunismo". Es extraño que un "predicador popular" y escritor cristiano ignore las verdaderas razones por las que se dio este "vender y repartir de bienes". Y no fue ni comunismo ni fue un fracaso, sino que Dios permitió que esto funcionara para las necesidades de Su pueblo bajo las circunstancias que estaban viviendo en esos momentos. En otras palabras, fue todo un éxito de ministración a los hermanos necesitados y en persecución. Y por supuesto, sentó un precedente que es el que muchos han querido borrar, denostar, ignorar y hasta atacar: la ayuda desinteresada y el desprendimiento de los bienes para el bienestar de nuestros hermanos; una mayordomía más allá del interés humano egoísta, aún presente en los resquicios de la naturaleza de pecado que queda en nuestros miembros, como lo señaló Pablo en la Carta a los Romanos, capítulo siete.

Lo que alcanzo a ver de Aldridge a través de sus escritos (algunos en su blog), es que es un hombre que parece haberse canteado, tal vez inadvertidamente, hacia el campo de la Iglesia Emergente; ha dicho que practica yoga, está de acuerdo en que haya pastoras y opina que la Santa Biblia no es totalmente inspirada y autoritativa por parte de Dios. Finalmente, como suelo decir: cada quien su religión. Pero cuando alguien, quien sea, habla como él lo hizo refiriéndose a la Palabra de Dios, nada de lo que diga sería recomendable para edificación.

"Resulta que la Biblia indica que necesitamos dejar de aferrarnos a nuestras opiniones más valoradas o minimizar muchas de nuestras ideas a las que les otorgamos demasiada importancia; “el amor no busca lo suyo”. En lugar de eso, nos exhorta a: Dejar de juzgar..." (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).

Tal vez valdría la pena abundar en otro asunto que Aldridge menciona: no juzgar. Y quizás lo haga en una entrega futura, pero por el momento baste decir que juzgar es necesario, discernir es vital, y lo que se nos exige, es que sea hecho de una manera bíblicamente adecuada, regida por el amor pues, ¿cómo serían posibles la disciplina, restitución y restauración bíblicas sin ello?

Al final, la clave para poder vivir una vida cristiana que refleje a Jesús y que honre y glorifique a Jehová Dios, es creer, pensar, hablar y actuar de acuerdo con lo que la inspirada y preservada, infalible, inerrante y autoritativa Palabra de Dios establece y que solo es posible alcanzar progresivamente por aquellos en los que habita el Espíritu Santo. Es un hecho: la Santa Biblia no toca todos los temas específicos de la vida, pero establece todos los principios que los rigen; los cristianos así lo creemos porque creemos en la suficiencia de las Sagradas Escrituras.

"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Ti 3:16-17).

Y sí, lo deficiente en cada iglesia, denominación, grupo o movimiento, y en la vida de cada hombre y mujer nacidos de nuevo, debería ser rectificado a la luz de la Palabra de Dios, en esto todos deberíamos estar de acuerdo, sí o sí.

Que Dios nos de sabiduría y discernimiento, y un amor total por Él y Su Palabra.


El artículo original en inglés lo puedes leer dando clic aquí.

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Imagen original de fondo: Museum Wales