El homosexual: ¿nace o se hace?


¿Respuesta corta y explicación breve?
La respuesta corta es: se hace.

Y ahora, la explicación breve. Dios creo dos y solamente dos géneros entre cuyas funciones estaría la de procrear dentro del matrimonio, lo cual es imposible cumplir entre dos personas del mismo sexo.

Dios dijo que tanto hombres como mujeres dejaron el "uso natural", refiriéndose a la sexualidad que Él puso en ambos géneros, por causa de haber cambiado "la verdad de Dios por la mentira" (cf. Rom 1:24-27), estableciendo que estos comportamientos son pecado (van en contra de la verdad de Dios). Tenemos también esta aseveración en otros pasajes como 1 Co 6:9 y 1 Ti 1:10, además de Ro 1:27.

En cuanto a evidencia genética, existen al menos dos estudios en los cuales se revisaron algunos miles de documentos y casos de gemelos. La conclusión fue que no existe evidencia de que la homosexualidad sea una cuestión genética; es más bien un comportamiento adquirido.

Introducción
Todas las preguntas honestas merecen respuestas honestas. Y cuando hablamos de responder como cristianos, no cabe la opción de responder con nuestras opiniones ni de evadir las preguntas pues en muchos casos, las respuestas concretas están en la Palabra de Dios y en el resto de ellos, la respuesta se encuentra entendiendo los principios que Dios estableció en la Santa Biblia.

Para responder esta pregunta, es importante revisar primero en la Palabra de Dios el asunto de la creación de los géneros, sus funciones y su relación y después, la declaración de Dios acerca de las desviaciones del hombre en cuanto al diseño divino de estos. Después podemos echar un vistazo a las cuestiones genéticas y estudios realizados en años recientes.

Antes de entrar en el detalle de la Palabra de Dios, es necesario alertar al lector de algo que sucede en la actualidad.

Tanto el mundo (léase: gente que no ha puesto su fe en Cristo) como muchos cristianos posmodernos (léase: falsos cristianos y cristianos ignorantes de la Palabra o cristianos relativistas) defienden a capa y espada que el homosexualismo y el lesbianismo (y toda desviación sexual, por extensión —porneia, como se entiende en el Diccionario Thayer—) son normales por ser debidos a causas genéticas, por lo que dicho comportamiento es algo natural. De esta afirmación se derivan las leyes que hoy se dictan respecto de la validez del matrimonio entre personas del mismo sexo y las leyes que ya en algunos países se pretenden promulgar, y que tienen que ver con la legalidad de la pederastia y otras desviaciones.

Muy preocupante también es el asunto de que muchos cristianos posmodernos ahora declaran que la Santa Biblia no condena la homosexualidad y el lesbianismo como pecados y por ende, no son conductas incorrectas, y que un cristiano verdadero puede vivir como homosexual o lesbiana activo toda su vida, sin que esto evidencie que vive engañado creyendo haber nacido de nuevo.

Por eso quiero tratar aquí, aunque de manera muy breve, cuatro puntos relacionados con este tema:
a. Qué dice la Santa Biblia respecto de los géneros
b. Qué dice la Palabra de Dios respecto de la homosexualidad y el lesbianismo
c. Qué dice Dios con relación a la práctica habitual del pecado (cualquier pecado) y
d. Qué ha encontrado la ciencia al respecto.

Este último punto, aunque innecesario en el sentido de que la Palabra de Dios es clara respecto de la homosexualidad y el lesbianismo, lo incluyo por estar relacionado con el argumento a favor de la "naturalidad" de dichos comportamientos que mencioné arriba.

Al final, espero que la pregunta: "El homosexual: ¿nace o se hace?", sea una pregunta respondida desde la Palabra de Dios para ti.

Géneros en la Creación
Dios creó todas las cosas. Todas. Y creó al ser humano con un diseño especial, que incluía hacerlo a su imagen y semejanza, pero también hacerlo en dos "sabores": hombre y mujer. Solamente dos géneros, complementarios y suficientes para que Su diseño se cumpliera y Su plan para la humanidad pudiera ser llevado a cabo. Al hombre le dio como tareas el dominar la tierra (Gn 1:28, 2:15) y a la mujer la creó para ser ayuda idónea del varón (Gn 2:18). Dios asignó diferentes roles a cada género y entre las cosas que determinó para que ambos hicieran, fue "fructificar y multiplicaos; llenad la tierra" (Gn 1:28), tarea que se cumple a través de la procreación.

Debemos entender que en este acto de procreación, la complementariedad sexual era necesaria (la procreación es imposible entre dos personas del mismo sexo) y que Dios incluyó el deseo sexual y el placer en ello (Prov 5:18-19; Ecl. 9:7-10; Cant. 4:1-15) para ser disfrutado dentro del matrimonio (Gn 2:24; Mc 10:7; Ef 5:31). Pero creó solamente dos géneros, por lo que el complemento emocional y sexual, así como la atracción de uno, estaba orientado específica y exclusivamente hacia el otro, es decir, del marido hacia su mujer y de la mujer hacia su marido. Sin necesidad de especular nada respecto de lo que "podría" suceder una vez hubiera más hombres y mujeres, el principio de Dios respecto de este asunto estaba establecido: dos géneros complementarios, y nada más.

La homosexualidad y el lesbianismo nunca formaron parte del diseño divino en su acto creador.

Homosexualidad y Lesbianismo: declaraciones bíblicas
Pero, ¿no sería posible que estos comportamientos aparecieran como parte del diseño original de Dios en algún punto de la historia? ¿O podría ser una mutación genética introducida por Dios por causa del pecado de Adán? De acuerdo con lo que entendemos de la narración de la Creación, no. Pero hay más al respecto en la misma Palabra de Dios.

Una vez que Adán y Eva pecaron, Dios pronunció una maldición, que incluyó a la tierra (Gn 3:17-18). Aunque no entraremos en el detalle de dicha maldición, si es de nuestro interés resaltar dos cosas: primero, la maldición incluyó pesar, cansancio y dolor —además de la muerte espiritual y física, que incluye todo tipo de enfermedades, que ya habían entrado al mundo por el pecado de Adán (Gn 2:17; Rom 5:12). En segundo lugar, esta maldición NO incluyó ningún cambio en los géneros, ni en su diseño ni en sus roles, sino en la relación entre estos, pues habría una pugna por la autoridad y liderazgo (Gn 3:16b, cf. Ef 5:22-33). Así que de parte de Dios, no hubo modificación alguna respecto de las funciones o roles de cada género y menos de su complementariedad: el diseño divino no fue modificado.

Ya en el Nuevo Testamento, podemos encontrar declaraciones de Pablo, quien escribió inspirado por el Espíritu Santo, respecto de estos comportamientos. En primer lugar, vemos en Romanos 1:25 que los seres humanos "cambiaron la verdad de Dios por la mentira" y debido a esto, Dios los dejó caer en las consecuencias de su necedad y pecado: en la deshonra de sus propios cuerpos y en pasiones vergonzosas. Dice claramente que tanto las mujeres como los hombres, dejaron el "uso natural". En el griego, esta expresión está compuesta por dos palabras: jrésis y fusikós. Jrésis se refiere al uso del cuerpo, específicamente al sexo, esto es, las relaciones sexuales. Fusikós se traduce como "físico" y puede entenderse como "natural". Así pues, entendemos que Dios nos dice que las mujeres y hombres dejaron a un lado las relaciones sexuales naturales, es decir, como el Creador las estableció, entre un hombre y una mujer. Es una clara referencia a la homosexualidad y el lesbianismo en los cuales, las relaciones sexuales se llevan a cabo entre personas del mismo sexo, algo no natural de acuerdo con el diseño divino.

En 1 Corintios 6:9-11, encontramos una lista de comportamientos —pecados—, que dicen las Sagradas Escrituras, hacen al ser humano no merecedor del reino de Dios. En esta lista se encuentran dos en particular que hacen referencia a la homosexualidad: afeminados y los que "se echan con varones". Esta segunda expresión viene del griego arsenokoítes, que significa, "un hombre que cohabita [sexualmente] con otro hombre", de allí que se traduce también como "sodomita" (por el comportamiento homosexual de los de Sodoma). Una lista similar la encontramos en 1 Timoteo 1 (cf. vv.8-11) en donde se usa también la palabra arsenokoítes. Con estas referencias, no queda duda de que Dios considera este comportamiento como pecado, y sigue (y seguirá) siendo pecado delante de Él sin atenuante alguna.

La homosexualidad y el lesbianismo nunca formaron parte del diseño divino en su acto creador y son considerados como pecado delante del Dios tres veces santo.

El practicante habitual del pecado
Cuando la práctica del homosexualismo y el lesbianismo se ven como algo natural (supuestamente normada por la genética) y por ende, buena, se asume que la persona vivirá en esta práctica habitual independientemente de su filiación religiosa, sin importar si esta es el cristianismo. Como cristianos, sabemos que no somos perfectos y que aún podemos caer en pecado a lo largo de nuestra existencia, pero la Santa Biblia es muy clara en este tema del "caer" a diferencia del "practicar".

Leemos en 1 Juan 2:1,3 "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. [...] Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos". Juan escribe con claridad que el cristiano guarda los mandamientos de Dios, y se le recomienda no pecar, pero aún si esto ocurriera, que cayera en pecado, nuestro Señor Jesucristo es nuestro abogado delante del Padre. Hay otros pasajes en donde podemos entender cómo el Espíritu Santo va trabajando en nosotros y nos va llevando en este trayecto de santificación a lo largo de nuestras vidas. Y en particular, dos pasajes que nos hacen entender que esta transformación se va dando y es evidente, pero que también lo contrario se evidencia y demuestra que alguien no ha sido salvado, es decir, que no es cristiano, son los siguientes:

"El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:8-9).

"Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca" (1 Juan 5:18).

Según la Real Academia de la Lengua Española, "practicar" significa, en una de sus acepciones, "Ensayar, entrenar, repetir algo varias veces para perfeccionarlo". El ser un "practicante habitual del pecado", como yo le llamo a esta condición, implica no solo cometer el pecado una vez, sino repetidas veces y sin que el arrepentimiento siquiera se asome en el corazón del "practicante". Podríamos decir que en un sentido, se planea y se busca, constantemente, cometer dicho pecado para obtener el placer anhelado; no hay arrepentimiento, no hay quebrantamiento, no hay un alto y una media vuelta para caminar hacia Dios. Una persona que vive en esta condición, según Juan, es del diablo, lo que significa que NO es de Cristo, no es nacido de nuevo y no ha sido salvado: va rumbo al lago de fuego.

El vivir practicando habitualmente cualquier pecado, incluyendo el homosexualismo y el lesbianismo, de acuerdo con la Palabra de Dios, es una "luz de alerta" de que la persona no ha puesto su fe en Cristo.

El argumento genético: ¿a favor o en contra?
Y ahora, aunque realmente no es necesario revisar este asunto para saber con certeza que tanto el homosexualismo como el lesbianismo, incluyendo toda desviación sexual, son pecado, haremos un brevísimo comentario de la evidencia de dos estudios científicos sobre la materia, uno del Dr. Neil E. Whitehead1 y el otro del Prof. Peter S. Bearman2. Estos estudios se basaron sobre casos de gemelos idénticos, univitelinos (nacidos de un mismo óvulo), que comparten el mismo código genético.

Si la declaración de que la homosexualidad es un comportamiento derivado de una condición genética, los resultados tendrían que mostrar que si uno de los gemelos fuera homosexual, el otro también lo sería. Sin embargo, las evidencias encontradas en los estudios, llevaron a la conclusión de que el comportamiento homosexual (ellos la llaman "condición") no es de orden genético, sino que se trata de un comportamiento adquirido. Un resumen de estas conclusiones se puede encontrar en línea en el Forum Libertas3.

Conclusión
La respuesta a la cuestión planteada sigue siendo breve: el homosexual no nace, se hace. Pero, ¿qué hacer al respecto?

A riesgo de ser simplista, diría que hay unas cuatro cosas por hacer. En primer lugar, como la homosexualidad y el lesbianismo son pecados, igual que la mentira, el robo, la deshonra a los padres, etc., nuestro deber como cristianos es estar alertas: dice la Escritura que "el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1Co 10:12), y parte del cuidado que debemos tener, es en el nivel de relación —muy básico— que tenemos con aquellos que son pecadores practicantes habituales, ya que leemos en 2 Corintios 6:14: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?".

En segundo lugar, en relación con nuestros hermanos (los que en verdad lo son), debemos ser cuidadosos y misericordiosos, pero firmes en el propósito de ser de edificación los unos a los otros. Dice en Gálatas 6:1 que si vemos a un hermano que ha caído en pecado, los que son espirituales deben restaurarlo. Esto requeriría que los que son maduros espiritualmente tomaran cartas en el asunto para tender la mano al caído y ayudarlo en su recuperación. Estoy consciente de que esto es algo que poco se practica en las iglesias por ser parte de la disciplina bíblica, pero es lo que la Santa Biblia dice respecto de nuestra responsabilidad para con los de nuestra familia de la fe.

En tercer lugar, debemos ser cuidadosos y seguir las instrucciones del Señor respecto de los hermanos que persisten en el pecado. En la Primera Carta a los Corintios, Pablo escribe en el capítulo cinco, la instrucción de no juntarnos con los que, diciéndose hermanos nuestros, persisten en pecar. En el contexto de la Escritura, podemos entender que es necesario aplicar la disciplina a un cristiano verdadero para su restauración cuando este anda en pecado y persiste en él, aun teniendo que llegar hasta el punto de alejarlo de la iglesia por un tiempo para que el Espíritu Santo haga Su obra en la vida de este (cf. Mt 18:15-17; 1 Co 1:1-5; 2 Co 2:1-8). Y después será posible recibirle cuando se haya arrepentido y regresado al camino angosto o bien, cuando en verdad se haya convertido a Cristo, porque tal vez no era salvo aún. (Este asunto de la disciplina es mucho más amplio y debe revisarse a detalle para no caer en injusticias, abusos y desobediencia a las instrucciones del Señor).

En cuarto lugar, en relación con el mundo, debemos llevar el mensaje de amor y esperanza de Dios para ellos, incluyendo a los que practican la homosexualidad y el lesbianismo. De hecho, debemos hablar del Evangelio a todo aquel que sepamos que vive practicando el pecado, aunque se diga cristiano. Todo aquel que no se ha arrepentido de sus pecados y que no ha puesto su fe en la persona y obra de Cristo, va camino al infierno; necesitan saberlo y saber del amor de Dios y la salvación que provee a través del Señor Jesús. Nuestra misión de vida es esa: llevar ese mensaje, hacer discípulos de Cristo y hacerlo en nuestra Jerusalén, en Samaria, en toda Judea y hasta lo último de la tierra, mientras vayamos en nuestro camino (cf. Mat 28:19-20; Hch 1:8).

Homosexuales, lesbianas, fornicarios, adúlteros, ladrones, mentirosos, desobedientes, codiciosos, rebeldes y cualquiera que vive practicando el pecado, como una vez lo estuvimos nosotros, pueden ser libertados de este y ser salvos, y es por ello que debemos hablarles de Cristo y de su obra de redención.

Prosigamos a la meta.


1 El estudio del Dr. Neil E. Whitehead está documentado aquí (incluye las referencias textuales y enlaces adicionales): http://www.isthereagaygene.com/scientific-evidence/
2 El estudio del Prof. Peter S. Bearman puedes encontrarlo aquí: http://www.soc.duke.edu/~jmoody77/205a/ecp/bearman_bruckner_ajs.pdf
3 Para mayor información y un resumen de estos estudios y sus conclusiones, puedes leer el artículo en español "El mito del gen homosexual: ¿se nace gay o es un comportamiento adquirido?" en el enlace: http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=26643

Edición: Publicado originalmente el 7 de febrero de 2015 y posteriormente en julio de 2015 en la revista digital "La Verdad Sí Importa".
Edición: A la fecha (28-ago-2018), la referencia [1] ya no está disponible, sin embargo, el trabajo del Dr. Whitehead está bien documentado en su libro "My Genes Made Me Do It, Homosexuality and the Scientific Evidence", del que se puede leer un resumen así como adquirirlo (disponible también en Amazon) e incluso, descargarlo de manera gratuita en el sitio Web del Dr. Neil: http://www.mygenes.co.nz/

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Imagen original de fondo: Museum Wales