Piel delgada y oídos sensibles (2)

Una aclaración, en amor, para aquellos de piel delgada y oídos sensibles, que se espantan y ofenden con algunas palabras en la Biblia.

Un ejemplo: legalismo
Si hemos empezado a pensar que nuestra denominación o grupo son los únicos que tienen la verdad completa del evangelio, y que todos los demás tal vez ni siquiera sean pueblo de Dios porque no creen exactamente todo lo que nosotros creemos (en doctrinas secundarias), entonces hemos empezado también a creer, implícitamente, que para que alguien sea pueblo de Dios, nacido de nuevo, debe pertenecer a nuestro grupo. No lo diremos ni lo admitiremos, pero lo viviremos.

Y a partir de ello, también empezaremos a definir y determinar que el estudio serio de las Escrituras solamente ocurre en nuestra reunión de estudio bíblico, nuestro templo, nuestro instituto o nuestro seminario y que en ningún otro lugar hay hombres y mujeres comprometidos con la verdad y con la fidelidad a la Palabra.

Y no, no creas que exagero, lo que acabo de describir está sucediendo ya en algunos "ismos" de la cristiandad actual.

Hermano, déjame decirte que esto es caer en una especie de legalismo. Comenzamos a añadir a la fe la necesidad de obras (pertenecer a un grupo particular) para "validar" la salvación de alguien. Es un error que inicia de manera muy sutil bajo un supuesto celo por la sana doctrina (que debemos tenerlo, eso no lo discuto, pero no debemos usarlo como excusa para caer en errores como el legalismo). Claro que debemos discernir y ser como los hermanos de Berea, y ser cuidadosos con lo que escuchamos y con quiénes nos asociamos. Sin embargo, una diferencia en algún tema como el de los ministerios, si son cuatro o son cinco (algunos separarán pastor y maestro y otros lo considerarán uno mismo), no es suficiente para desacreditar el nuevo nacimiento de persona alguna.

Una palabra de la Palabra
Para aquellos que podamos llegar a caer en el legalismo, Pablo utilizó una expresión nada halagadora. (Aquí es en donde hay que tomar un té de Tila o de Citrus Aurantium, y continuar leyendo).

Leemos en la carta a los Gálatas, capítulo 3, versículos 1 al 3:

"¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?

Hay palabras duras, que no nos gusta pensar que se han dicho (o escrito) en la Biblia y menos nos gusta pensar que en algún momento podrían estar dirigidas a nosotros. Estas palabras son de esas.

Cuando leemos "insensatos" (v.1) y "necios" (v.3), estamos leyendo dos acepciones de la misma palabra griega, "anóetos".

Según STRONG, "anóetos" significa "ininteligente; por impl. sensual:-insensato, necio".

Y THAYER anota:
1) que no se entiende, ininteligible.
2) que no comprende, insensato, falto de juicio.

Ya pasada la primera impresión y sensación de malestar en los oídos, es importante tener paciencia y seguir escuchando (en este caso, leyendo).

Se ha dicho* que los gálatas eran de una inteligencia muy aguda y por ello, Pablo parece estar sorprendido, expresando su sorpresa pero también su indignación y censura hacia ellos por haberse dejado engañar por los judaizantes. Ellos habían recibido el mensaje verdadero del evangelio de labios del mismo Pablo, y su desviación no tenía disculpa.

Pablo continúa, después de esta llamada de atención, y dice:

"¿Tantos sufrimientos, para nada? ¡Aunque no creo que no hayan servido de nada!
Dios no les ha dado el Espíritu, ni ha hecho milagros entre ustedes, sólo porque ustedes obedecen la ley. ¡No! Lo hace porque ustedes aceptaron el mensaje de la buena noticia
[...]
Ustedes han confiado en Jesucristo, y por eso todos ustedes son hijos de Dios" (Gálatas 3:4-5, 26 BLS).

Un consejo
Si bien Pablo nos ha llamado "insensatos", "faltos de jucio" y "tontos" (si hemos empezado a pisar el sendero del legalismp como los gálatas), también nos recuerda que no estamos ya bajo la ley porque, habiendo escuchado y aceptado el mensaje del evangelio, pusimos nuestra fe en Cristo Jesús y ahora somos hijos de Dios.

¡Qué maravilla! ¡Por su gracia hemos sido hechos Sus hijos! Pero también los son muchos de los que hemos discriminado como "no salvos" a causa de nuestro incipiente (o consumado) legalismo.

La próxima vez que te sientas, o mejor dicho, que nos sintamos ofendidos por una palabra de la Palabra, echemos mano de la humildad y la paciencia y esperemos un poco; Dios nos está hablando, ya sea para formación o para corrección; escuchémosle.


* El Comentario Jamieson-Fausset-Brown apunta que "Temistio dice que los gálatas eran naturalmente muy perspicaces en inteligencia".


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Imagen original de fondo: Museum Wales