Para maestros valientes: Versículos bienamados; versículos malusados | Introducción

Existen varios versículos bíblicos que constantemente escuchamos en boca de muchos cristianos y que son citados como fuente de autoridad en diversas circunstancias y como apoyo en algunas enseñanzas. Yo he podido escuchar, a lo largo de los años, desde usos "inocuos" como: «Seguro me irá bien en el examen de mañana pues "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"» hasta usos "inicuos", de este calibre: «No podemos menospreciar las enseñanzas espirituales de otras religiones ya que pueden enriquecer nuestro cristianismo, ya ves lo que dice la Biblia: "Examinadlo todo y retened lo bueno"».

Y bueno, también están aquellos versículos o pasajes olvidados, que por fuerza de ignorarlos, se convierten en los versículos nunca enseñados, más por conveniencia y temor, que por ser difíciles de encontrar.

El caso es que al correr el tiempo y gracias a maestros meticulosos en la exégesis y fieles al texto bíblico, algunos hemos ido corrigiendo esas "interpretaciones" bienintencionadas pero equivocadas, y hemos ido "encontrando" aquellos versículos olvidados.

No es mi intención publicar una serie de estudios profundos de cada uno de esos versículos, sino más bien, es crear conciencia acerca de la importancia de una correcta interpretación, sin ignorar el contexto por descuido o conveniencia. Esperaría que todo aquel que llegue a leer estas cápsulas, se sienta animado y retado a integrar a su vida un espíritu bereano y un deseo por entender correcta y cabalmente la voluntad de Jehová Dios a través de su Palabra.

Así que, Dios mediante, pronto encontrarás la primera cápsula: «Para maestros valientes: Versículos bienamados; versículos malusados».

Que Dios nos dé sabiduría: siempre la necesitaremos.

"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5).