Destino final: "Cristianismo" Relativista (parte 1 de 2)
Hace poco, tuve la oportunidad de leer un artículo llamado: "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, "predicador popular" y escritor (según su "biografía" en el sitio de publicación). El artículo fue recomendado (y publicado en inglés) en Facebook por una hermana, quien también se dio a la tarea de conseguir la traducción para publicarla posteriormente. Aunque Aldridge no es una figura "prominente" en el evangelicalismo, me pareció importante hacer algunos comentarios respecto de su artículo, pues es una muestra de lo que está sucediendo en las mentes y corazones de muchos cristianos en todo el mundo, y que representa una tendencia peligrosa. A continuación transcribo mis comentarios y en un segundo artículo, estaré ampliando mi análisis respecto de Aldridge y su artículo. Espero sirva de alerta y bendición para cada uno de nosotros.
Para entender la totalidad de mis comentarios, es necesario leer el artículo completo de Aldridge, por lo que te recomiendo lo hagas yendo a este enlace: "¡Opiniones!" (aquí puedes leer el original en inglés).
Me parece un artículo muy interesante y podría estar de acuerdo en algunos de los puntos que trata el autor. Por ejemplo, el asunto de las tradiciones. No es que las tradiciones en la iglesia sean malas necesariamente, pero si estas no se alinean con o si contradicen a la Palabra de Dios, hay que revisarlas, modificarlas o bien, eliminarlas.
Sin embargo, lo que me preocupa —y debería preocupar a todo el que ha leído a Aldridge en este artículo— es el concepto que tiene de la Santa Biblia. Y es preocupante porque es representativo de lo que sucede hoy con muchos cristianos, iglesias y movimientos enteros. En su artículo nos da a entender que la Santa Biblia es una narrativa de los aciertos y desaciertos de los hijos de Dios y una colección de opiniones —mejor entendimiento— de Pablo (según su interpretación personal de las palabras del apóstol) y también de los demás escritores de la Biblia al agregar la frase: "Eso es verdad en gran parte de las Sagradas Escrituras". Y no es un error en la publicación de este artículo ni en la traducción —ya lo verifiqué—, ni creo que sea un desliz involuntario del autor, pues Aldridge ha comentado en algún otro artículo que, irónicamente en "su opinión", la historia del Diluvio no habla de una arca en donde se introdujeron los animales necesarios para la preservación de estos posterior a la inundación, sino que se trata solamente de una "historia" de esperanza; una especie de fábula (aunque no lo ha expresado así, es la forma en que la hace ver). ¿Dónde está, entonces, la inspiración, preservación, infalibilidad, inerrancia y autoridad de la Santa Palabra de Dios? ¿Dejaremos de creer en ella por razón de no entender —o no querer aceptar— algunas de sus enseñanzas? Si lo hacemos, nuestro destino será un "cristianismo" colmado de relativismo moral, [al que yo llamo, "Cristianismo" Relativista].
Si bien es cierto que es posible que mucho de lo que nos enseñaron —y enseñan— parecen ser reglas y límites arbitrarios y sin sentido, también es cierto que los vimos —o vemos— así por ignorancia de la Palabra. La forma de entender cómo vivir según la voluntad de Dios (lo que a veces "traducimos" como límites y reglas), es yendo a la Santa Biblia, que no es ni una narrativa humana ni un escrito colectivo de 40 pensadores, sino la Palabra de Dios, inspirada por su Santo Espíritu, donde encontramos Su voluntad y verdades eternas. Si no creemos esto, entonces no hay lugar alguno al cual recurrir para encontrar la verdad.
Vuelvo a decir: interesante. Se me quedan en el tintero un par de asuntos sobre Aldridge y su artículo, pero lo comentaré en mi espacio. Bendiciones a todos.
Lo anterior fue mi comentario inicial en el artículo publicado en Facebook. La segunda parte la he publicado también en este blog y puedes leerla aquí.
Para entender la totalidad de mis comentarios, es necesario leer el artículo completo de Aldridge, por lo que te recomiendo lo hagas yendo a este enlace: "¡Opiniones!" (aquí puedes leer el original en inglés).
"Una vez que me di cuenta de que la Biblia no dice nada sobre muchas cosas que son parte de nuestra tradición, por ejemplo, desde qué vestir en la iglesia hasta a quién dejar entrar al templo, he estado en un proceso de descubrir lo que la Biblia sí dice" (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).
Me parece un artículo muy interesante y podría estar de acuerdo en algunos de los puntos que trata el autor. Por ejemplo, el asunto de las tradiciones. No es que las tradiciones en la iglesia sean malas necesariamente, pero si estas no se alinean con o si contradicen a la Palabra de Dios, hay que revisarlas, modificarlas o bien, eliminarlas.
"He comenzado a notar que mucho de lo que está en la Biblia es en realidad un intento de los hijos de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. En más ocasiones de las que personas que no leen la Biblia creerían, Pablo dice “esto no es un mandamiento explícito de Dios, pero es mi mejor entendimiento”. Eso es verdad en gran parte de las Sagradas Escrituras" (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).
Sin embargo, lo que me preocupa —y debería preocupar a todo el que ha leído a Aldridge en este artículo— es el concepto que tiene de la Santa Biblia. Y es preocupante porque es representativo de lo que sucede hoy con muchos cristianos, iglesias y movimientos enteros. En su artículo nos da a entender que la Santa Biblia es una narrativa de los aciertos y desaciertos de los hijos de Dios y una colección de opiniones —mejor entendimiento— de Pablo (según su interpretación personal de las palabras del apóstol) y también de los demás escritores de la Biblia al agregar la frase: "Eso es verdad en gran parte de las Sagradas Escrituras". Y no es un error en la publicación de este artículo ni en la traducción —ya lo verifiqué—, ni creo que sea un desliz involuntario del autor, pues Aldridge ha comentado en algún otro artículo que, irónicamente en "su opinión", la historia del Diluvio no habla de una arca en donde se introdujeron los animales necesarios para la preservación de estos posterior a la inundación, sino que se trata solamente de una "historia" de esperanza; una especie de fábula (aunque no lo ha expresado así, es la forma en que la hace ver). ¿Dónde está, entonces, la inspiración, preservación, infalibilidad, inerrancia y autoridad de la Santa Palabra de Dios? ¿Dejaremos de creer en ella por razón de no entender —o no querer aceptar— algunas de sus enseñanzas? Si lo hacemos, nuestro destino será un "cristianismo" colmado de relativismo moral, [al que yo llamo, "Cristianismo" Relativista].
"Gran parte del tiempo y energía de los predicadores es empleado en decir lo que debemos y no debemos hacer. Si creciste en el tiempo en que yo lo hice, nos daban instrucciones tres veces a la semana (el domingo en la mañana, el domingo en la tarde y en la noche del miércoles) de cómo debíamos comportarnos en cada situación imaginable" (Extracto del artículo "¡Opiniones!", de Marion D. Aldridge, fuente en línea).
Si bien es cierto que es posible que mucho de lo que nos enseñaron —y enseñan— parecen ser reglas y límites arbitrarios y sin sentido, también es cierto que los vimos —o vemos— así por ignorancia de la Palabra. La forma de entender cómo vivir según la voluntad de Dios (lo que a veces "traducimos" como límites y reglas), es yendo a la Santa Biblia, que no es ni una narrativa humana ni un escrito colectivo de 40 pensadores, sino la Palabra de Dios, inspirada por su Santo Espíritu, donde encontramos Su voluntad y verdades eternas. Si no creemos esto, entonces no hay lugar alguno al cual recurrir para encontrar la verdad.
Vuelvo a decir: interesante. Se me quedan en el tintero un par de asuntos sobre Aldridge y su artículo, pero lo comentaré en mi espacio. Bendiciones a todos.
Lo anterior fue mi comentario inicial en el artículo publicado en Facebook. La segunda parte la he publicado también en este blog y puedes leerla aquí.
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